Para los recién nacidos prematuros alimentarse puede ser todo un reto. Su inmadurez está relacionada con una incoordinación en la succion-deglucion (que se adquiere a partir de la semana 32 de gestación), un mayor esfuerzo para comer y respirar a la vez y una digestión más costosa.
A los prematuros de 35 o 36 semanas se les puede alimentar solo por boca si no tienen enfermedades o problemas que lo contraindiquen. Necesitarán vigilancia y apoyo en las tomas de lactancia materna, incluso suplementar con lactancia materna extraída o fórmula artificial.
Con 33-34 semanas, o menos, suele ser necesario la alimentación enteral, que es la alimentación a través de una sonda naso u orogástrica. Ésta se coloca por la nariz o la boca, llega hasta el estómago y nos permite que les pase la leche directamente.
Y a la próxima más, que ya os he metido mucho rollo.
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