El ser humano es capaz de adaptarse a todo,
somos exploradores innatos
y nuestro motor de cambio son nuestras ganas de sobrevivir.
Pasamos del agua al aire,
y de dentro a fuera.
Tenemos grandes aliados,
que evitan nuestro colapso y reducen la tensión.
Nuestro cuerpo tiene carreteras infinitas,
y nuestro corazón algún que otro hueco,
que poco a poco, cerramos como cualquier herida.
Siempre quedará el recuerdo de lo que fue,
Hay veces que hay que romper con el origen,
equilibrar nuestras resistencias
y respirar.
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