Suéñala una vez más.
Porque ya la has pensado, trabajado y dedicado todo.
Solo te queda una noche,
y mañana,
será tuya.
Pase lo que pase, estoy orgullosa de ti.
Vales cada minuto que has dedicado a ello, multiplicado por cada rotu y elevado a cada post-it. Vales cada pregunta fallada, corregida y aprendida. Cada simulacro infinito. Cada trozo de chocolate que cargaba tu cerebro. Cada apunte, cada clase, cada día.
Repítetelo a ti mismo las veces que haga falta. Porque si has llegado hasta aquí, eres la pera limonera.
Dale las gracias a todos los que te han aguantado tus cambios de humor, tus días de estrés y tus montañas rusas. Y en cuanto salgas del examen, bébete la vida con ellos. Quiéreles y cuídales todo lo lo que te han querido y cuidado a ti.
Eres capaz de todo.
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