Vuelve.
Y Madrid se tambalea.
Los numeros no paran de subir y las plantas de llenarse.
Y se plantean volver a cerrar ciudades y a abrir hospitales.
Y el personal tiembla.
Los pacientes se enfadan.
La primaria muere. Bueno, la matan.
Y así, en bucle.
Y mientras los sueños se han parado, las ilusiones están en toque de queda y los planes postpuestos infinito. Y ojalá. Y ojalá pronto. Y ojalá no igual. Y ojalá no tan fuerte. Y ojalá.
Hoy no estoy optimista.
Hoy me duele más.
Y ojalá mañana, un poco menos.
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