Ahora que las mascarillas van a dejar de ser obligatorias en interiores,
puede que nos sintamos algo desnudos sin ellas.
Pero sé que lograremos crear un refugio,
en el que sentirnos a gusto.
Y poco a poco, vayamos recuperando toda la cordura,
que este estúpido virus llegó a arrebatarnos.
Recuerda que debes seguir poniéndotela en el transporte público y los hospitales.
Cuando tengas síntomas.
Cuando seas de riesgo o estés cerca de personas con riesgo.
Y siempre que te no te encuentres cómodo o seguro sin ella.
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